15 Nov, 2025

Apuntes Sobre Grietas Fundacionales

"En la Argentina no hubo una evolución social continua, sino una serie de rupturas. Cada intento de organización nacional surgió sobre las ruinas del anterior, y de esas ruinas heredó también las pasiones, las resistencias y las divisiones."

—José Luis Romero, Las ideas políticas en la Argentina (1946)

La serie Arqueología de la grieta de Belén Ramírez parte de esas ruinas. No las representa: las toca.

Sus papeles gofrados, hendidos y luego cosidos con tripa animal hacen visible la historia de un país que parece recomenzar siempre desde la fisura. Cada año evocado —1820, 1840, 1841, 1852, 1853, 1861— es un pliegue de la misma herida: los proyectos truncos de nación, las disputas que no terminan de cicatrizar.

Pero lo que aquí se ofrece no es una crónica bélica sino una operación sensible: el cuerpo-papel se vuelve territorio y la grieta, un umbral. Entre el relieve y el vacío, entre el hilo y la sombra, la artista restituye al conflicto su materialidad táctil, su respiración orgánica.

Las costuras que atraviesan el papel no buscan ocultar la herida, sino reunir lo separado sin negar la marca del corte. La materia —frágil, blanca, casi silenciosa— se sostiene por la memoria del desgarro. Allí donde la historia ha insistido en abrirse, la artista propone un gesto mínimo y radical: suturar.

Me gusta pensar en la idea de coser no para clausurar, sino para comenzar a sanar. En medicina, la sutura se define como "la unión de los bordes de una herida para favorecer su cicatrización". En arte, esa unión se vuelve también un lenguaje: la traza visible de lo reparado. Roland Barthes, en El placer del texto, decía que toda herida deja una figura. Ramírez trabaja sobre esa figura: la del país que se cose a sí mismo, sabiendo que la cicatriz —como toda huella— no desaparece, sino que narra.

La grieta, entonces, no es solo síntoma: es superficie de trabajo, territorio donde la historia y el cuerpo se reconocen en su fragilidad común. En cada puntada hay una tentativa de reconciliación, una respiración que restituye el pulso.

Porque nombrar la herida, coserla, mirar su cicatriz sin horror, tal vez sea la forma más humana de empezar a curar.

Referencias

Barthes, R. (1973). El placer del texto (trad. N. R. Monzón). México D. F.: Siglo XXI Editores.

Romero, J. L. (1987). Las ideas políticas en la Argentina (1.ª ed. 1946). Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica.

Real Academia Nacional de Medicina de España. (2023). Diccionario de términos médicos (2.ª ed.). Madrid: Editorial Médica Panamericana.

- Carolina Schvartz

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