29 Mar, 2025
Los Momentos Fugaces en el Bosque Dejan Huellas
Las aguas de marzo y los momentos fugaces en el bosque dejan huellas.
Hace poco tuve oportunidad de leer cómo nació la canción “Aguas de marzo” del genial cantautor brasileño Tom Jobim (nota de Osvaldo Bazán para la revista Seúl). Después de haber alcanzado el éxito y la fama mundial con “Garota de Ipanema”, realmente se encontraba en el fondo de un pozo depresivo y económico. Decidió entonces alejarse de todo y enfrascarse en el proyecto de la construcción de su casa en un terreno escondido, rodeado de árboles y pájaros, a la vera de un río.
Un día, cuando la construcción ya se encontraba avanzada, recibió un casete con la charla grabada entre el arquitecto y el albañil diciendo que el dinero se había terminado, y le preguntaban si continuar o no con la obra. La respuesta fue: “En Poço Fundo hay muchos pajaritos”. La construcción continuó y fue la chispa inspiradora de la canción.
“Es el palo, es la piedra, es el fin del camino. Es el proyecto de la casa. Es un pez, es un gesto, es la plata brillando. Es la luz de la mañana. Es el nudo de la madera. Es el ladrillo llegando.”
Entonces, con esta melodía de fondo, les propongo que nos acerquemos a estas esculturas que componen la muestra “Los momentos fugaces en el bosque dejan huellas”.
Una clave para observarlas sería, como propone Didi-Huberman en su obra “Lo que vemos, lo que nos mira”, tener en cuenta la condición relacional de cualquier objeto de estudio. Es decir, para él, el acto de ver no es un proceso unificado y simple, sino que está inherentemente dividido en dos aspectos: lo que vemos y lo que, desde la imagen, nos mira.
Así, nuestra percepción está condicionada por la materialidad de los objetos y cómo, al cerrar los ojos, podemos experimentar lo visible a través del tacto, sugiriendo que la visión está intrínsecamente ligada a lo tangible. En definitiva, la mirada no es un acto de dominio sobre lo observado, sino una experiencia que nos confronta con nuestra propia vulnerabilidad y nos obliga a reconocer que, al ver, también somos vistos y afectados por las imágenes que contemplamos.
A mí, la obra de Cimarrones me afecta igual que la canción “Aguas de marzo”:
Es verano, es canción,
La promesa de vida de tu corazón.
Palo, piedra, cariño, camino,
Resto, tronco, palo, destino,
Trozo, vida, sol, suerte,
Muerte.
Son las aguas de marzo,
Es verano, es canción,
La promesa de vida de tu corazón.